septiembre 10, 2009

Nuestra Red en el debate sobre la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual

La mayor de las pulseadas

RISA llevó su voz a las audiencias públicas realizadas esta semana en el Congreso, donde se debate una nueva legislación de los servicios de comunicación audiovisual. Porque, como dijimos desde un principio, "apostamos a la distribución de la palabra, a que se escuchen las voces que los medios comerciales silencian". Aquí, el texto presentado en el poder legislativo por Verona Demaestri, en representación de nuestra de red emprendimientos sociales/editoriales de calle.

Tuvimos que pellizcarnos ese 18 de marzo en el Teatro Argentino de nuestra ciudad de diagonales sin atajos. En la sala Astor Piazzola, desbordante, lo que sonaba era música para nuestros lastimados oídos: se presentaba, más que un proyecto de ley, una respuesta a las cientos de organizaciones que trabajosamente, humildemente, sabiamente, generosamente habían logrado la mayor articulación y aglutinamiento en torno a un tema, hilvanado en torno a 21 puntos, que lograron incidir para que por primera vez en la historia se ganara la agenda pública y sucediera lo impensable: que los medios hablaran de los medios, que no les quedara otra que mostrarse como actores interesados y se subieran al escenario.
En ese teatro incendiado, desaparecido, y vuelto negocio y mole tras la última dictadura. En ese teatro nos pellizcamos con colegas, compañeros, amigos, padres y madres de la profesión, orfebres del periodismo, militantes y artesanos del oficio que hacen magia con un grabador y una PC, una lapicera y un papel; que pelean bien chiquito dentro de un “gran medio” o bien aislados desde la periferia comunicacional.
En ese teatro se estaba presentando más que un proyecto de ley, se evidenciaba una correlación de fuerzas. Nos habíamos hecho escuchar. Habíamos logrado que Goliat al menos nos cediera el beneficio de la pelea.
No estábamos locos. Con esa certeza salimos emocionados al leer y leernos en los 21 puntos incluidos minuciosamente, con artículos prolijos que nos citaban. No es menor: nos citaban. No era el proyecto de ley de un gobierno, era el de un pueblo organizado progresivamente a lo largo del último cuarto de siglo, y 21 puntos.
Ya no éramos tan marginales, ya no estábamos tan locos pretendiendo que en las empresas dueñas de los medios -y tantas otras cosas- hablasen de esos puntos.
“Una locura, es una locura”, también nos habían dicho muchos colegas platenses desde su buena leche a fines de 2001 cuando desde el Hogar de Carlos Cajade (que llevaba ya más de dos décadas de trabajo social en la ciudad) se nos ocurrió la desorbitada idea de fundar una revista.
Eso nos dijeron en épocas de balas en Plaza de Mayo, y Caballería sobre la Madres, de confusionismo de presidentes, de la posterior devaluación de la moneda y la suba exponencial de la tinta y el papel… épocas en que se nos ocurría sacar una revista.
Pero el Hogar tenía su imprenta manejada por pibes que antes vivieron en la calle. Y los periodistas que soñaban sueños realizables tenían ganas, y banca de un cura al que no le importó que fuéramos ateos, judíos o evangelistas.
Y la llamamos La Pulseada, por la distribución de la riqueza pero también de la palabra. Porque “cuando le damos de comer a los pibes, tiramos salvavidas. Con la revista tenemos que cambiar las cabezas y ser muchos para parar la inundación”, decía Carlos Cajade.

Un salto a la red
Pasaron siete años del nacimiento de La Pulseada y sus integrantes fuimos creando centros culturales, radios y cooperativas. Pasaron cinco años de la presentación de los 21 puntos que ayudamos a gestar y a la que asistimos; y casi cuatro de la muerte de Carlos Cajade. Pasaron ya tres años de un descubrimiento superador, no estábamos solos en esto de ser una revista de doble rol: periodístico y social.
Junto con La Pulseada -que es vendida por trabajadores desocupados que obtienen a través de la revista una fuente de ingresos; pero también se vende en kioscos, donde parte de lo recaudado es destinado a hogares y comedores- crecían en otros puntos del país otras iniciativas periodístico- sociales.
Como botón de muestra otras tres revistas padecían la misma concentración del mapa mediático en sus localidades, el mismo silencio de radio frente a los temas abordados desde la perspectiva de los que menos tienen, la misma impotencia.
Así se sentían La Búsqueda, una revista nacida en 2004 en la ciudad de Santa Fe, que venden adolescentes, jóvenes y adultos para quienes no sólo es una herramienta de trabajo y una fuente de ingreso, sino y principalmente una forma de ser escuchados.
También la revista de la Asociación Civil Barriletes que nació en Paraná en 2001 y es vendida por jóvenes y adultos en situación de extrema pobreza como una alternativa a la mendicidad.
O Panza Verde que tiene casi 23 años de existencia en Concordia, como publicación de humor político, y que a partir de la vinculación con Barriletes se empezó a plantear como “revista de calle”.
Todas decidimos agruparnos como “Revistas por la Inclusión Social en Argentina”, RISA, por ser emprendimientos editoriales sin fines de lucro, con trabajo autogestionado y autosustentable en defensa de sectores en situación de vulnerabilidad y por la promoción de los derechos de los niños y jóvenes. Por apostar a la distribución de la palabra, a que se escuchen las voces que los medios comerciales silencian. Y tener formas de circulación no convencionales, más allá de la lógica del gran mercado editorial.

Por la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual para la Democracia
En RISA nos agrupamos revistas hechas por comunicadores y militantes sociales que apostamos por la diversidad de la palabra, en consecuencia por otro mapa de medios, por su desmonopolización.
Y en esta pelea estamos todos, menos cuatro. Los cuatro grupos económicos que concentran el 80 por ciento de la propiedad de los medios en Argentina.
Si bien esta ley no legisla sobre los medios gráficos, ellos no están fuera de la suerte que corren los audiovisuales. La famosa “convergencia” no tiene que ver sólo con los grandes capitales que juegan a gran escala.
Si entendemos que medios chicos, cuyo contenido es generado por las organizaciones del pueblo, no tienen por qué ser sinónimo de precariedad sino todo lo contrario; debemos entender que no es indistinta la realidad mediática no gráfica. Debemos entender en qué mapa nos movemos y tener una cartografía adecuada.
“Desde el año 2000 a 2004 se ha consolidado la tendencia de cada vez menos actores en condiciones más dominantes”, define una próxima publicación de dos prestigiosos investigadores en política económica de la comunicación. Martín Becerra y Guillermo Mastrini, a ellos nos referimos, hablan de un concepto abarcativo para hablar de comunicación, mensajes, medios… Hablan de industrias infocomunicacionales pues la convergencia nos llega a todos porque es un espacio tecnológico, económico y reglamentario. En ese sentido, la concentración de la industria que va configurando ese escenario “tiende a la unificación de la línea editorial”.
El proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que recupera los 21 puntos no habla - y está bien que así sea- de contenidos. Pero la diversidad de contenidos está garantizada con las cláusulas antimonopolio que plantea.
Desde los medios gráficos que se nutren y nutren a los audiovisuales, o deberían; desde las organizaciones sociales que los han parido y quieren salir de la marginalidad comunicacional y seguir creciendo; desde los comunicadores que inventamos los medios para poder distribuir la palabra, creemos que sólo dentro de muchos años seremos concientes del momento histórico que está viviendo el país de promulgarse una Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual para la democracia.
Tomará su dimensión real, como todo, mucho después de haber sucedido. Pero antes, debe suceder. Y para ello el Congreso, los diputados y senadores, deberán estar a la altura de la Historia y votar por esta Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que recoge por primera vez, la propuesta del más amplio colectivo nucleado en torno a un tema estratégico como es la comunicación.
Y deben estar a la altura representando a la ciudadanía y no a los monopolios. Porque una ley antimonopólica no es una ley de nadie, sino de todos. Porque los gobiernos pasan pero las leyes quedan y lo que está en juego es más grande que un “a favor o en contra”. Están en juego las condiciones de posibilidad para construir el sentido de los acontecimientos en las próximas décadas, de lo que se discutirá o no, de cómo se discutirá y con qué niveles de información.
El 33 por ciento del espectro radioeléctrico reservado para las organizaciones sin fines de lucro es garantía de esta diversidad y federalidad en la información necesaria para que nunca más nos privaticen la manera de ver el mundo. El momento es ahora, fue hace 25 años, siempre.
Por eso desde RISA y la Coalición por una Radiodifusión Democrática celebramos el debate en la Cámara de Diputados y pedimos un rápido tratamiento porque llevamos medio siglo de debate a lo largo y ancho del país en miles de encuentros, foros, seminarios, mesas redondas que alimentaron esta propuesta. Además reivindicamos el proceso de construcción del texto, inédito en el mundo para la elaboración de una Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
Volviendo a las diagonales sin atajos recuerdo que cuando pensamos el nombre de nuestra revista platense nos decidimos por La Pulseada, por las tantas que veníamos dando en torno a la distribución de la riqueza pero también de la palabra… Hoy sabemos que no pueden saltearse pasos, ni pulseadas. Carlitos Cajade no estará para festejar un paso más hacia ganar la gran pulseada, la definitiva en un país que vuelva a tener a sus niños como únicos privilegiados. O quizás esté desde algún lugar en el auditorio, riéndose de nuestras incredulidades. Porque él sabía que es cuestión de tener paciencia, decisión y perseverancia, y de sostener la fe. Ingredientes que se han ido alineando en 25 años para comenzar a parar la inundación y sembrar por fin, nuevas realidades nombradas con nuevas palabras.

agosto 30, 2009

ARTE PARA SER LIBRES





En una tarde donde el sol fue protagonista, Barriletes acompañó con la Barritucada y los Cirkeritos a los internos de la U.P. Nº 1 de Paraná quienes, desde el taller coordinado por compañeras y compañeros del Area de Comunicación Comunitaria de la Facultad de Cs. de la Educación (UNER)inauguraron un maravilloso mural de concreción colectiva.
El siguiente cuento, sintetiza las historias que cuenta la pared.

Un domingo en el barrio Toronjal (1)

Un domingo soleado la radio FM CHAMUYO decidió transmitir desde el barrio Toronjal, un barrio colorido y coloreado con mucha imaginación.
Los locutores y movileros, contaban lo que iba pasando: “Hay mucha gente jugando en el parque, algunos hacen volar sus barriletes, y otros se divierten hamacándose. Algunos más chiquitos juegan con arena, mientras que los más grandes tratan de hacer montañas y castillos. En la cancha se va preparando todo para el partido de fútbol que empieza a las cuatro de la tarde.”
En las casas color rojo también sucedían cosas especiales, cosas hermosas: reuniones familiares de domingo, encuentros de padres, hermanos, abuelos, nietos e hijos. “La familia es lo más importante de un ser” –comentaba un vecino al ser entrevistado por el móvil de la radio.
A media mañana pasaba el vendedor ambulante, anunciando su llegada por altavoz. “El vendedor anda siempre en su colectivo y sus artesanías son apreciadas por los vecinos. Es conocido por todos en la zona y provee lo que todos necesitan. Ofrece baldes y fuentones, también sábanas y almohadones. Tiene mercaderías baratas y la gente lo quiere. Es de otro lado pero tiene clientes en el barrio. Con el dinero de las ventas mantiene a su familia. Además, hace venta de pan casero, rosquitas y pasteles que vienen bien para disfrutar con los mates de la tarde de domingo en la canchita o en el parque” –informaba una vecina animada.
Al ver volar en el cielo un dirigible, un niño imaginaba que iba con otros chicos hacia Disneylandia. Por primera vez iban a conocer esa ciudad fantástica muchas veces soñada, que solamente conocían por televisión y por fotos. Al regresar de su vuelo, el niño contó por la radio: “Fue una sensación inexplicable. Era como un sueño hecho realidad. Andar entre todas las caricaturas junto con todos mis hermanos y amiguitos...”
Después del mediodía ya había más movimiento en el barrio, porque como todos los domingos, había fútbol en la canchita.
Santiago, el dueño del auto rojo pasaba por los barrios más conocidos a buscar a los pibes que faltaban: Maxi, Roge, Román y Esteban, con el fin de llegar al partido.
Los relatores de CHAMUYO FM, también estaban con la noticia deportiva y esto decían: “Hoy es un día muy especial, se enfrentan Yupanqui y Cambacuá en la cancha del Toronjal en un amistoso de verano muy esperado por ambas hinchadas. Se encuentran los equipos, hay fotos y aplausos a minutos del arranque… ¡Y arrancó el clásico! Van más de treinta minutos y el resultado sigue igual. La gente grita, alienta y polemizan en la cancha, los de Yupanqui de una parte y los de Cambacuá de la otra. Hay mucha tensión. El partido terminó cero a cero, igual todos los jugadores se van a festejar con sus familias. Esto es la RADIO CHAMUYO, palabras libres desde la cancha, desde donde se ve qué bonita está la ciudad, cada vez cambiando más… Ahora los dejamos con un tema de los Redondos”
Terminada la sección deportiva, uno de los locutores de la CHAMUYO FM transmitió para el barrio palabras que salieron de su corazón: “Todos los que hacemos la radio, la pasamos muy bien, nos vamos conociendo y hacemos amistad con gente que viene de la facultad y con compañeros internos. La CHAMUYO FM nos permite valorar a las personas que traspasan los muros y nos da esperanzas. El mensaje de la radio hoy, es que lo más valioso es la familia porque es quien apoya y sostiene a los internos para que la libertad llegue pronto.”
Antes de cerrar la transmisión de la radio comunitaria desde el barrio Toronjal, los locutores miraron al río y vieron esa lejana isla con palmeras. En los últimos minutos al aire, uno de ellos dijo: “Me encantaría poder pasar por lo menos un día, y si pudiera más tiempo. Estaría solo una semana para despejarme, nadar, explorar la isla...”
Después de toda una tarde de mates, juegos y fútbol, que gracias a la radio estuvo acompañada de música y palabras libres, la gente comenzó a volver a las casas de colores, para empezar una semana de trabajo y de escuela.
Se fueron todos pero algo aún quedaba moviéndose entre la tierra y el cielo del barrio. “¿Qué será eso?”-se preguntaba la mamá desde la casa violeta.
Durante toda la tarde los chicos habían estado remontando barriletes. Como uno de ellos quería seguir viéndolo volar desde su ventana, lo había dejado atado a una palmera.
Por eso, esa noche de domingo, en el barrio Toronjal, todavía volaba un barrilete.

(1)Cuento colectivo inventado a partir de las imágenes del mural comunitario por los creadores del mismo, participantes del Taller de Comunicación “La Hora Libre” que funciona en la U.P. 1 “Juan José O ‘Connor” en el marco del Proyecto de Extensión “Comunicación Comunitaria en la Cárcel”, ACC- FCE-UNER.

agosto 06, 2009

Mágico Corazón Radiofónico:

Mágico Corazón Radiofónico:

109 Años de la Gesta de "Los Locos de la Azotea"
Por Guillermo Pez (guillermopez@yahoo.com.ar )


Un 27 de agosto de 1920 nuestro país fue testigo privilegiado de una verdadera hazaña comunicacional.
Cinco estudiantes de medicina fueron los responsables de llevar a cabo la primera transmisión radiofónica a nivel mundial. Sus nombres: Enrique Telémaco Susini, Miguel Mujica, César Guerrico y Luis Romero Carranza, apodados cariñosamente como "Los Locos de la Azotea".
A las 20:30 horas, en el marco del Teatro Coliseo de Buenos Aires, Susini pronunció las primeras palabras:
"Señoras y señores: la Sociedad de Radio Argentina le ofrece hoy la ópera Parsifal de Richard Wagner, con la participación del tenor Maestri, la soprano argentina Sara César, el barítono Aldo Rossi Morelli y los bajos Chirino y Paggi, todos bajo la dirección de Félix von Wingartner, acompañada por el coro y la orquesta del Teatro Constanzi de Roma".
Un hecho tan trascendente derivó en que se instituyera el 27 de agosto como el Día de la Radiodifusión.
La conmemoración de esta importante fecha inexorablemente nos lleva a pensar en la puesta en práctica de una nueva Ley de Radiodifusión, una Ley surgida en el seno de la democracia y adecuada a los tiempos que vivimos.
Una Ley que respete la pluralidad de opiniones, que permita conocer los acontecimientos noticiosos desde diversas perspectivas y no a través de la visión de los poderosos multimedios que "muestran" la realidad focalizada desde sus intereses político-económicos. Una Ley que favorezca y apoye los medios de naturaleza comunitaria que tan menospreciados han sido y siguen siendo en la actualidad. Una Ley que garantice como derecho humano universal el acceso a la información y la libertad de expresión. En síntesis una Ley que haga transparente las reglas de juego a nivel comunicacional y que brinde a todos los ciudadanos la vital posibilidad de estar informado de acuerdo a sus preferencias o elecciones sin peligro de que se obstruya dicho derecho inalienable.
Ojalá que el Bicentenario de la Revolución de Mayo nos encuentre amparados y regidos por una nueva Ley de Radiodifusión a tono con estos tiempos democráticos que afortunadamente estamos transitando desde hace un cuarto de siglo....

julio 26, 2009

Bienvenida

Como pequeños gigantes
que se atreven a desafiar en
inimaginable PULSEADA al
grandote del barrio.

Con convicción PANZA
VERDE que no detiene el
tiempo ni el olvido.

Parece que fue ayer nomás
que nos largamos a
transformar aquella y esta
BÚSQUEDA en un destino
de pensar y hacer, de
dibujar y escribir.

Para darle vuelo
nuevamente a la alegría,
volvimos a agitar los
BARRILETES y por el piolín
le enviamos el mensaje:
¡hola RISA!, en tiempo de
comunicar para incluir.

Publicado en Barriletes N° 94, julio de 2009.

julio 25, 2009

“Infelices los niños”

Por Alejandro Juan José Palacio rusoconcordience@hotmail.com

Al panorama puesto al descubierto por las estadísticas se suma la realidad a la que se enfrentan los profesionales que deben asistir a los menores: la mayoría de los casos de abuso sexual, especialmente los que tienen como víctima a niños y niñas, ocurren dentro del ámbito de confianza.
Dentro de la esfera familiar existe innumerables casos de pedofilia, pero ¿cuando no se tiene un hogar tradicional donde vivir? Es en este caso que los recintos como los hogares de niños manejados bajo una mascara de bienestar y de amor fraternal y platónico se convierten en reductos de potenciales violaciones.
Este es otro reducto donde una persona puede hacer abuso de su poder y someter a satisfacer placeres sexuales pensando salir impune de sus delitos.
Uno de estos casos que sirve de ejemplo es el juicio donde al sacerdote Julio Cesar Grassi fue encontrado culpable por abuso sexual agravado en dos de los 17 hechos que se le adjudicaban, ambos cometidos contra “Gabriel” y condenado a 15 años de prisión por el Tribunal Oral número 1 de Morón.
¿Dónde quedó la justicia que encontrando culpable a un corruptor y violador de menores permite seguir viendo a los chicos que permanecen en la Fundación Felices los
Niños? ¿Dónde quedo la infancia y la fe de al menos un chico abusado por quien era responsable de su cuidado? Dónde buscaremos justicia si esta se burla de los hechos? ¿Qué ejemplo podremos dar si la realidad nos golpea y se burla en nuestra cara? ¿Cómo hacemos para recuperar a los miles de “Gabriel” que están deambulando entre el silencio y las lagrimas?
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Reencuentro de las “revistas de calle”

Cinco años. Quizás cumplir cinco años, para una revista, sea un hito especial. Una suerte de mayoría de edad. Un momento motivador, que lleva a encontrarse con hermanos que están lejos.
En 2006 cuando Barriletes, editada en la capital de Entre Ríos, cumplió sus primeros cinco años, lo festejó invitando a experiencias de otros puntos del país con las que comparte un parecido de familia: revistas que, además de ser proyectos periodísticos con una agenda alternativa, tienen detrás un proyecto social. Revistas de calle, para los amigos. Algunas se habían encontrado una vez, antes. La Pulseada conoció a sus hermanas en esa ocasión. Y al año siguiente, cuando la revista del Hogar del Padre Cajade había cumplido sus cinco, trabajó en una propuesta para fortalecer esa red que se estaba formando. A sabiendas de que las fortalezas de unos eran las debilidades de otros, se pensaron capacitaciones entre las distintas experiencias y encuentros para crecer juntos. Ese trabajo colectivo empezaría con las revistas de Santa Fe y Entre Ríos, que conformaban junto a La Pulseada la “región” donde el contacto era más fluido, más allá de la existencia de una veintena de parientes a nivel nacional. Fueron y vinieron llamados, ideas, papeles, planificaciones. Hasta hubo una confirmación extraoficial del subsidio solicitado. Pero todo se pinchó cuando, en medio de cambios ministeriales, desapareció la Dirección que iba a entregar el dinero. Fue un baldazo de desánimo. Los contactos fueron espaciando. Cada uno siguió en lo suyo: empujando y empujando cada proyecto, contra todo obstáculo, como habían hecho desde el principio.
Este año cumplió sus primeros cinco La Búsqueda, una revista santafecina que nació entre inundaciones y nunca dejó de trabajar con pibes en situación de riesgo, buscando darles dignidad y recuperarles la sonrisa. “Nosotros ponemos en la revista que somos parte de esa red. Eso tiene que significar algo. Tenemos que retomar este proyecto”, alentó en junio pasado Cristina Moreaux, directora del emprendimiento, mientras recibía las visitas de representantes de Panza Verde (Concordia), Barriletes (Paraná) y La Pulseada, invitados a algo más que un cumpleaños.
La Búsqueda, que nació en 2004, festejó su quinto año con una jornada al aire libre que incluyó una radio abierta retransmitida por FM Chalet -una emisora que integra el Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO)-, una feria de publicaciones y organizaciones sociales, y una marcada vocación por el encuentro. El aniversario fue la excusa para volver a reunirse con emprendimientos afines. Los santafesinos invitaron a La Pulseada, Barriletes y Panza Verde, que con más de 22 años como publicación, está por convertirse en la revista de humor más duradera de la historia editorial argentina, superando a mítica Humo®.
En la jornada, los vendedores de algunas de esas publicaciones realizaron un taller de capacitación y reflexión en torno a su rol, mientras paralelamente representantes de las cuatro revistas proyectaban un trabajo en conjunto y decidían invitar a otras experiencias afines a un espacio de coordinación. “Somos emprendimientos editoriales, sin fines del lucro, autogestionados, autosustentables”, se decían, buscando una vez más precisar el común denominador: “trabajamos en la difusión y promoción de los derechos de los pibes, y militamos en la defensa de sectores sociales en situación de vulnerabilidad”. También dijeron apostar a “una comunicación democrática, a la distribución de la palabra” y a ser “un espacio de expresión de organizaciones sociales y expresiones artísticas alternativas”. Por último, destacaron sus formas de “circulación alternativas”, que en muchos casos es paradigmática: la venta callejera sirve como forma de inclusión social de sectores marginados de la población.
Ya dieron un primer paso: desde este mes está en línea http://revistasporlainclusion.blogspot.com/, un blog donde compartirán parte del trabajo que realizan, identificándose como Revistas por la Inclusión Social en Argentina (RISA). Definieron a ese espacio como una “red de emprendimientos sociales/editoriales de calle”. Y volvieron a soñar, en otro cumpleaños, con los proyectos de siempre.
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